RESCATE HISTÓRICO Y
GENEALOGÍA DE MARIANO BALLIVIÁN SEGUROLA
Javier Ernesto Luna Orosco Eduardo
A tiempo de agradecer a la Academia de Genealogía y Heráldica de Bolivia,
la oportunidad que me brinda de hacer esta presentación y acogerme en su seno
como miembro de número, saludo a los
integrantes de su Directiva a la cabeza de D. Juan José Leñero (Presidente) y Dra.
Clara López de Ferrufino (Vicepresidenta), mencionando de manera muy particular
a los señores académicos Mario Paz Zamora que estimuló mi ingreso, y José Alberto Diez de Medina, quien junto al Ingeniero Ingvar
Ellefsen, tuvieron la generosidad
de presentar mi postulación, expresándoles muy sinceramente mi rendido reconocimiento y gratitud.
Asimismo, saludo a los past presidentes presentes (particularmente los
doctores Alvaro Carranza y Mario Paz Zamora) y a todos los miembros de la
Academia, así como a los familiares y
amigos que me acompañan esta noche, valorando con aprecio la presencia de todos
y cada uno de los asistentes.
Esta presentación lleva por título “Rescate histórico y genealogía de Mariano
Ballivián Segurola”, y consta de dos partes: La descripción del personaje y sus actos
públicos, en procura de su rescate como figura histórica y el análisis
genealógico en líneas concretas y directas, tanto de sus ascendientes como de sus
descendientes.
Sin embargo, antes de entrar en materia permítaseme una breve digresión,
diciendo: El cultivo de la genealogía y
heráldica, no debiese servir únicamente
para desentrañar los orígenes, presuntamente nobles o aristocráticos de
determinadas personas o familias en una región o país, sino el carácter e
importancia histórica que pudiesen haber tenido o tienen en la construcción social, con todas sus
connotaciones, dígase civiles, políticas
, militares, económicas, sociales, culturales, étnicas y hasta genéticas, significando
que el valor de una persona o de los miembros de la familia a la que pertenece los
otorga, no precisamente su origen encumbrado o humilde, sino la nobleza y
corrección de sus actos, perdurados en el tiempo a lo largo de generaciones. En
tal sentido, todos los seres humanos tenemos una genealogía, porque todos somos
hijos de padres que a su vez han sido hijos, y así sucesivamente en una escala
de ascendientes o descendientes, de valoración cualitativa diversa. Por tanto:
la principal aliada de una buena genealogía debiese ser la educación y el buen
ejemplo, transmitidos de padres a hijos, junto a la educación individual y
colectiva que se imparte en las escuelas, universidades y la propia sociedad, basada siempre en los valores y la ética que, a
través de leyes bien instituidas, induzca a la formación de ciudadanos cada vez
mejores, en aras de la práctica del bien y la justicia en todas las
manifestaciones humanas. Esa es la
manera más idónea de construir sociedades y forjar el carácter nacional que nos
identifique y caracterice, como lo pretendió el gran boliviano Franz Tamayo con
el claro mensaje de su obra “Creación de la Pedagogía Nacional” y como lo han
logrado muchos países, hoy considerados desarrollados.
Pero volviendo al
tema que nos ocupa, la motivación de este trabajo es resaltar el valor militar,
la consecuencia política, la rebeldía ante el abuso y la demagogia, y las
condiciones de lealtad que tuvo un personaje injustamente olvidado por la
historia, como fue D. Mariano Ballivián Segurola (MBS), eclipsado quizás por la
esplendente gloria de su hermano José, vencedor de la Batalla de Ingavi que, como se sabe, fue la gran victoria que
consolidó definitivamente nuestra Nacionalidad, ante vecinos que previamente
habían destruido la Confederación Perú Boliviana propiciada por el Mariscal
Andrés de Santa Cruz.
Por otra parte, la segunda motivación es describir una de las dos líneas
genealógicas de MBS, que tuvo una proficua descendencia a partir de dos hijos
varones (Jorge y Ramón), caracterizada en su conjunto por buenas y ejemplares
influencias familiares que persisten hasta el presente. Uno de esos hijos
varones, vale decir Ramón Ballivián Guerra, fue padre de mi bisabuela materna,
Dña. Sara Ballivián Yanguas, siendo este un aspecto que más adelante describiré
a mayor detalle.
A manera de introducción al tema, corresponde
señalar que el período de tiempo que
sirve de enmarque para la descripción, se extiende por más de dos siglos, desde
la época del nacimiento de MBS, hasta
nuestros días, si consideramos el componente genealógico. En la parte histórica
de ese tiempo, referida concretamente a las primeras siete décadas del siglo
XIX, se suscitaron acontecimientos tan
importantes como las Revoluciones Libertarias de mayo y julio de 1809, la
Guerra de la Independencia, la Fundación de la República, la creación de la
Confederación Perú Boliviana -con las grandes victorias de Yanacocha, Socabaya,
Iruya y Montenegro-, el ominoso tratado de Paucarpata y la caída de la
Confederación con la batalla de Yungay. Asimismo, la consolidación de nuestra
nacionalidad con la Batalla de Ingavi, los gobiernos de Ballivián y Belzu con
la gran rivalidad política que hubo entre ambos, concitando la primera gran
lucha de clases en la Historia de Bolivia(1,2) , el primer gobierno civil con José María
Linares, los intrascendentes gobiernos de Córdova y Achá, las dictaduras de
Melgarejo y Morales, y los ejemplares gobiernos civiles de Tomás Frías y Adolfo
Ballivián Coll. Es en esos momentos históricos que aparece repetidamente la
figura de MBS, como describimos a continuación de manera concisa.
Síntesis biográfica de
Mariano Ballivián Segurola.- Nuestro personaje nació en la ciudad de La Paz el año 1812, siendo su
padre el Coronel español, venido de Vizcaya a los 12 años de edad, D. Jorge Blas
de Ballivián y Zuazo y su madre Doña
Isidora Segurola Roxas y Foronda, hija del Brigadier General y Gobernador
Intendente de la ciudad de La Paz, D. Sebastián de Segurola.
El 21 de septiembre de 1814 -época del Gobernador Valde Hoyos- Jorge Blas de Ballivián y Zuazo fue muerto
trágicamente en el degüello general de españoles que tuvo lugar en La Paz en
esa fecha, como consecuencia de una sublevación originada en el Cuzco y
resistida en La Paz durante tres días por una guarnición bajo su mando, con
pocos soldados efectivos y tres compañías de vecinos voluntarios de la ciudad(3).
6 Los antecedentes genealógicos de
ambas familias, los Ballivián y los Segurola, son ampliamente conocidos por la
historia, particularmente a partir de la publicación hecha por el periódico “La
Razón” en su edición del 20 de octubre de 1948, dedicada a la celebración del
Cuarto Centenario de la Fundación de la Ciudad de La Paz(4). Dicha publicación
describe a detalle la profusa genealogía, no solo de las familias Ballivián
Segurola, como ya se dijo, sino también de las familias Ballivián Igareda Del
Valle, con un verdadero entrevero de nombres y apellidos troncales y
colaterales, de familias genuinamente paceñas, que se fueron emparentando muy
estrecha y repetidamente, incluso por matrimonios consanguíneos entre primos.
Es así que a guisa de ejemplo, en el análisis genealógico que realizamos, se pudo
identificar cinco familias de diferentes derivaciones con los apellidos paterno
y materno Ballivián-Ballivián, dos con los apellidos Ballivián Guerra y otras
dos con los apellidos Ballivián Yanguas. (Breve comentario de lo enmarcado en amarillo
y rojo de la genealogía)
Ahora
bien: la importancia y gravitación que tuvieron en la Historia de Bolivia
muchas de las personas mencionadas en la publicación del periódico “La Razón”,
es innegable, al punto de que en el último párrafo de su parte introductoria se
lee: “En esta familia se destacaron por eminentes servicios: durante la Colonia
don Sebastián Segurola, Gobernador Intendente de La Paz, que defendió la ciudad
del asedio al que la sometió Tupac Catari en el año 1781; don José Ballivián,
Presidente de la República de Bolivia y Vencedor en la Batalla de Ingavi; don
Adolfo Ballivián, Presidente de la República, don Mariano Ballivián Segurola,
que combatió en Ingavi y en las batallas de la confederación, don Manuel
Vicente Ballivián, notable hombre público, geógrafo y científico, y muchos
otros de destacada actuación………..”
En el
caso particular de MBS, largo fue su accionar, particularmente militar, desde
que, como novel oficial participara junto a su hermano José, en las antes
mentadas batallas de la confederación, para más tarde, el 18 de noviembre de
1841, comandar, en su calidad de Teniente Coronel, el 8º batallón de infantería en la Batalla de
Ingavi, junto a bravos oficiales que comandaban otros batallones de la misma
fuerza, pudiendo mencionarse entre los principales, a los oficiales José María
Silva, Fermín Rivero, Juan José Prudencio, Ildefonso Sanjinés, Juan José
Pérez y, muy particularmente por su
relación histórica con los hermanos Ballivián, a Manuel Isidoro Belzu.
9 Ya en el gobierno de su hermano José, tocó
a Mariano salvarlo de situaciones muy difíciles, como aquella suscitada en la
madrugada del 6 de junio de 1847 cuando el Coronel Belzu, después de ser
conducido preso a la zona de Obrajes por no acatar órdenes del presidente y
enfrentársele de manera violenta, sublevara a los batallones 5º y 6º rindiendo el palacio de gobierno en pos de
Ballivián que, “apercibido de la sublevación, había escalado el muro interior
del palacio, marchándose en un caballo prestado al Alto de la ciudad, lugar de
donde regresó al día siguiente, sabiendo que la rebelión había terminado” gracias
a una rápida y decidida intervención de su hermano, el Coronel Mariano
Ballivián quien, “apercibido de lo ocurrido tomó los batallones 10 y 11, y se
encaminó sobre las pisadas de Belzu, al que encontró en la puerta de palacio,
espetándole la pregunta con su pistola amartillada: “qué calaverada es esta?”. La respuesta de
Belzu fue la orden al batallón 5º de arrestar a Ballivián, el cual, en su apuro,
lanzó un viva a su hermano el presidente que, como fuese contestado por toda la
tropa en señal de reacción, determinó que Belzu, viéndose perdido, pidiera
garantías a su contendiente que lo dejó partir sin molestarlo(7,8).
Belzu que había huido al Perú, se estableció en el pueblo de Pomata y
continuó sus acciones subversivas en contra de José Ballivián y su gobierno,
logrando conformar una fuerza de algunos cientos de hombres con la ayuda del
Gobernador de la Provincia Omasuyos, Ildefonso Huici, a más de trasponer la
frontera vía Desaguadero y ocupar el pueblo de Huarina. Apenas se tuvo
conocimiento de estos hechos en La Paz, el General Mariano Ballivián, a la
cabeza del batallón 10, salió de la ciudad el 25 de noviembre de 1847 y
acometió con fuerza la línea enemiga, batiendo a Belzu quien, pese a huir nuevamente, conseguiría
finalmente sus propósitos de asumir la presidencia de la república, venciendo
más tarde al general José Miguel de Velasco
-otro de los contendores de José Ballivián- en la célebre batalla de Yamparaez del 6 de
diciembre de 1848(9).
En el ínterin, muchos golpes revolucionarios se habían repetido en contra del
gobierno de Ballivián, unos en el norte a favor de Belzu y otros en el sur y
Cochabamba a favor de Velasco, obligándolo a marchar sobre los facciosos
(Casimiro Olañeta entre los principales) venciéndolos en los combates de La
Lava y Vitichi (6 y 7 de noviembre de 1848 respectivamente), habiendo
participado en este último, de manera decisiva, el coronel Bartolomé Mitre, más
tarde presidente de la República Argentina, al mando de un escuadrón de húsares
y dos piezas de artillería(10).
Para ese tiempo, y en tanto el Presidente Ballivián contrarrestaba los golpes
en el sur, su hermano Mariano, al mando del batallón 10, guarnecía La Paz
amenazada por el belcismo.
Pero José Ballivián, agotado de tener que contrarrestar tantas asonadas
revolucionarias y pretendidos golpes de estado, decidió dejar el gobierno -aconsejado por varios notables, Tomás Frías
entre otros-, en manos del General Eusebio Guilarte, Presidente del Consejo de
Ministros.
Luego del interinato de Guilarte, que duró 10 días
escasos, tomó la presidencia José Miguel de Velasco, derrocado a su vez por
Belzu en la batalla de Yamparaez como ya se adelantó. Fue entonces que
comenzaron las duras represalias contra los ballivianistas, asumiendo la
defensa Mariano Ballivián, que junto a otros apoyó o propició revoluciones en
Potosí, Oruro y Cochabamba, obligando a Belzu dejar la ciudad de La Paz para
hacerles frente. Esto facilitó la revolución del 12 de marzo de 1849 a la
cabeza de los generales Juan José Prudencio y Mariano Ballivián, los cuales,
apoyados por el batallón de carabineros tomaron la casa de gobierno y aprisionaron al Prefecto Ildefonso Villamil, al intendente
José María Zuazo y a otros adictos al presidente. Sin embargo, el populismo del
Tata Belzu ya había calado fuertemente en el pueblo y es a partir de El Alto
que se organiza y desciende una turba enardecida que traba desesperado y
sangriento combate, obligando a Prudencio y Ballivián a desistir en su empeño y
emprender la retirada. Dice Nicanor Aranzaes en su libro “Las revoluciones en Bolivia”: “La plebe enfurecida a la vista de
300 cadáveres y multitud de heridos, juró venganza, principiando a saquear las
propiedades de los ballivianistas; la de Isidora Segurola, Mariano Ballivián y
otras……………………Completamente embriagados los cholos e indios continuaron
saqueando la casa de Andrea Bustamante, Ardúz, Guillén, los almacenes del
catalán Más y otros. Asustado Belzu (que
había regresado desde Ayo Ayo al conocer los sucesos de La Paz) hizo llamar a
los religiosos recoletos para que contengan el desorden. Montó a caballo y
acompañado de estos repartiendo dinero, recorrió las calles, exhortándoles al
orden, el desorden cesó con la llegada de la noche”
Con estos antecedentes, si bien Belzu se consolidó en
el poder, los movimientos revolucionarios en su contra continuaron, ya sea a favor de Velasco o del ex presidente
Ballivián, quien después de algún tiempo de permanencia en Chile pasó a Francia
y de ahí a Río de Janeiro, donde sorpresivamente falleció, víctima de fiebre
amarilla, en fecha 16 de octubre de 1852
Sin embargo, Mariano Ballivián Segurola no bajó la guardia y siguió en
rebelión aun antes de la muerte inesperada
de su hermano, como lo muestra su participación en el intento revolucionario a
favor de Linares en Omasuyos el 12 de enero de 1852, y la conducción de
guerrillas revolucionarias, recorriendo los pueblos de la costa oriental del
lago Titicaca. Fue en ese tiempo que se produjo un hecho trágicamente
anecdótico, cuando el prestigioso médico de la ciudad de La Paz, Dr. José María
Guerra, estando de visita por alguna de sus propiedades rurales, fue confundido
con Mariano Ballivián por su gran parecido físico, y aprisionado por los
colonos peruanos de Villurancani. Estos a su vez lo entregaron a los pobladores
de Kasani que divide Yunguyo de Copacabana, siendo trasladado a pie y de muy
mala manera hasta el santuario, donde lo decapitaron para después llevar la
cabeza en una canasta hasta el palacio de gobierno en La Paz y pedir rescate al
presidente Belzu. Valga decir, en honor a la verdad, que Belzu quedó
horrorizado, no atinando, sin embargo, a penalizar a los culpables(13,14).
11 Y así transcurrió el tiempo con la
secuencia de los gobiernos del propio Belzu, Córdova, Linares, Achá y
Melgarejo, hasta que, el año 1870, Mariano Ballivián figura nuevamente en la
historia como Prefecto del Departamento de La Paz por un breve período, para
reaparecer algo más tarde en el gobierno de su sobrino Adolfo Ballivián Coll,
como Ministro de Guerra(15).