miércoles, 5 de marzo de 2014

RESCATE HISTÓRICO Y GENEALOGÍA DE MARIANO BALLIVIÁN SEGUROLA



RESCATE HISTÓRICO Y GENEALOGÍA DE MARIANO BALLIVIÁN SEGUROLA
Javier Ernesto Luna Orosco Eduardo
A tiempo de agradecer a la Academia de Genealogía y Heráldica de Bolivia, la oportunidad que me brinda de hacer esta presentación y acogerme en su seno como miembro de número,  saludo a los integrantes de su Directiva a la cabeza de D. Juan José Leñero (Presidente) y Dra. Clara López de Ferrufino (Vicepresidenta), mencionando de manera muy particular a los señores académicos Mario Paz Zamora que estimuló mi ingreso, y  José Alberto Diez de Medina, quien junto al Ingeniero  Ingvar  Ellefsen,  tuvieron la generosidad de presentar mi postulación, expresándoles muy sinceramente mi  rendido reconocimiento y gratitud.
Asimismo, saludo a los past presidentes presentes (particularmente los doctores Alvaro Carranza y Mario Paz Zamora) y a todos los miembros de la Academia, así como a los familiares  y amigos que me acompañan esta noche, valorando con aprecio la presencia de todos y cada uno de los asistentes.

Esta presentación lleva por título “Rescate histórico y genealogía de Mariano Ballivián Segurola”, y consta de dos partes:  La descripción del personaje y sus actos públicos, en procura de su rescate como figura histórica y el análisis genealógico en líneas concretas y directas, tanto de sus ascendientes como de sus descendientes.
Sin embargo, antes de entrar en materia permítaseme una breve digresión, diciendo:  El cultivo de la genealogía y heráldica, no debiese servir  únicamente para desentrañar los orígenes, presuntamente nobles o aristocráticos de determinadas personas o familias en una región o país, sino el carácter e importancia histórica que pudiesen haber tenido o tienen  en la construcción social, con todas sus connotaciones, dígase  civiles, políticas , militares, económicas, sociales, culturales, étnicas y hasta genéticas, significando que el valor de una persona o de los miembros de la familia a la que pertenece los otorga, no precisamente su origen encumbrado o humilde, sino la nobleza y corrección de sus actos, perdurados en el tiempo a lo largo de generaciones. En tal sentido, todos los seres humanos tenemos una genealogía, porque todos somos hijos de padres que a su vez han sido hijos, y así sucesivamente en una escala de ascendientes o descendientes, de valoración cualitativa diversa. Por tanto: la principal aliada de una buena genealogía debiese ser la educación y el buen ejemplo, transmitidos de padres a hijos, junto a la educación individual y colectiva que se imparte en las escuelas, universidades  y la propia sociedad,  basada  siempre en los valores y la ética que, a través de leyes bien instituidas, induzca a la formación de ciudadanos cada vez mejores, en aras de la práctica del bien y la justicia en todas las manifestaciones humanas.  Esa es la manera más idónea de construir sociedades y forjar el carácter nacional que nos identifique y caracterice, como lo pretendió el gran boliviano Franz Tamayo con el claro mensaje de su obra “Creación de la Pedagogía Nacional” y como lo han logrado muchos países, hoy considerados desarrollados.


Pero volviendo al tema que nos ocupa, la motivación de este trabajo es resaltar el valor militar, la consecuencia política, la rebeldía ante el abuso y la demagogia, y las condiciones de lealtad que tuvo un personaje injustamente olvidado por la historia, como fue D. Mariano Ballivián Segurola (MBS), eclipsado quizás por la esplendente gloria de su hermano José, vencedor de la Batalla de Ingavi  que, como se sabe, fue la gran victoria que consolidó definitivamente nuestra Nacionalidad, ante vecinos que previamente habían destruido la Confederación Perú Boliviana propiciada por el Mariscal Andrés de Santa Cruz.



Por otra parte, la segunda motivación es describir una de las dos líneas genealógicas de MBS, que tuvo una proficua descendencia a partir de dos hijos varones (Jorge y Ramón), caracterizada en su conjunto por buenas y ejemplares influencias familiares que persisten hasta el presente. Uno de esos hijos varones, vale decir Ramón Ballivián Guerra, fue padre de mi bisabuela materna, Dña. Sara Ballivián Yanguas, siendo este un aspecto que más adelante describiré a mayor detalle.

A manera de introducción al tema, corresponde señalar  que el período de tiempo que sirve de enmarque para la descripción, se extiende por más de dos siglos, desde la época del nacimiento de MBS,  hasta nuestros días, si consideramos el componente genealógico. En la parte histórica de ese tiempo, referida concretamente a las primeras siete décadas del siglo XIX, se suscitaron  acontecimientos tan importantes como las Revoluciones Libertarias de mayo y julio de 1809, la Guerra de la Independencia, la Fundación de la República, la creación de la Confederación Perú Boliviana -con las grandes victorias de Yanacocha, Socabaya, Iruya y Montenegro-, el ominoso tratado de Paucarpata y la caída de la Confederación con la batalla de Yungay. Asimismo, la consolidación de nuestra nacionalidad con la Batalla de Ingavi, los gobiernos de Ballivián y Belzu con la gran rivalidad política que hubo entre ambos, concitando la primera gran lucha de clases en la Historia de Bolivia(1,2) , el primer gobierno civil con José María Linares, los intrascendentes gobiernos de Córdova y Achá, las dictaduras de Melgarejo y Morales, y los ejemplares gobiernos civiles de Tomás Frías y Adolfo Ballivián Coll. Es en esos momentos históricos que aparece repetidamente la figura de MBS, como describimos a continuación de manera concisa.       
Síntesis biográfica de Mariano Ballivián Segurola.- Nuestro personaje nació en la ciudad de La Paz el año 1812, siendo su padre el Coronel español, venido de Vizcaya a los 12 años de edad, D. Jorge Blas de Ballivián y Zuazo y su madre Doña Isidora Segurola Roxas y Foronda, hija del Brigadier General y Gobernador Intendente de la ciudad de La Paz, D. Sebastián de Segurola.



El 21 de septiembre de 1814 -época del Gobernador Valde Hoyos-  Jorge Blas de Ballivián y Zuazo fue muerto trágicamente en el degüello general de españoles que tuvo lugar en La Paz en esa fecha, como consecuencia de una sublevación originada en el Cuzco y resistida en La Paz durante tres días por una guarnición bajo su mando, con pocos soldados efectivos y tres compañías de vecinos voluntarios  de la ciudad(3).  
6  Los antecedentes genealógicos de ambas familias, los Ballivián y los Segurola, son ampliamente conocidos por la historia, particularmente a partir de la publicación hecha por el periódico “La Razón” en su edición del 20 de octubre de 1948, dedicada a la celebración del Cuarto Centenario de la Fundación de la Ciudad de La Paz(4). Dicha publicación describe a detalle la profusa genealogía, no solo de las familias Ballivián Segurola, como ya se dijo, sino también de las familias Ballivián Igareda Del Valle, con un verdadero entrevero de nombres y apellidos troncales y colaterales, de familias genuinamente paceñas, que se fueron emparentando muy estrecha y repetidamente, incluso por matrimonios consanguíneos entre primos. Es así que a guisa de ejemplo, en el análisis genealógico que realizamos, se pudo identificar cinco familias de diferentes derivaciones con los apellidos paterno y materno Ballivián-Ballivián, dos con los apellidos Ballivián Guerra y otras dos con los apellidos Ballivián Yanguas. (Breve comentario de lo enmarcado en amarillo y rojo de la genealogía)



Ahora bien: la importancia y gravitación que tuvieron en la Historia de Bolivia muchas de las personas mencionadas en la publicación del periódico “La Razón”, es innegable, al punto de que en el último párrafo de su parte introductoria se lee: “En esta familia se destacaron por eminentes servicios: durante la Colonia don Sebastián Segurola, Gobernador Intendente de La Paz, que defendió la ciudad del asedio al que la sometió Tupac Catari en el año 1781; don José Ballivián, Presidente de la República de Bolivia y Vencedor en la Batalla de Ingavi; don Adolfo Ballivián, Presidente de la República, don Mariano Ballivián Segurola, que combatió en Ingavi y en las batallas de la confederación, don Manuel Vicente Ballivián, notable hombre público, geógrafo y científico, y muchos otros de destacada actuación………..”


En el caso particular de MBS, largo fue su accionar, particularmente militar, desde que, como novel oficial participara junto a su hermano José, en las antes mentadas batallas de la confederación, para más tarde, el 18 de noviembre de 1841, comandar, en su calidad de Teniente Coronel,  el 8º batallón de infantería en la Batalla de Ingavi, junto a bravos oficiales que comandaban otros batallones de la misma fuerza, pudiendo mencionarse entre los principales, a los oficiales José María Silva, Fermín Rivero, Juan José Prudencio, Ildefonso Sanjinés, Juan José Pérez  y, muy particularmente por su relación histórica con los hermanos Ballivián, a Manuel Isidoro Belzu.


 
9  Ya en el gobierno de su hermano José, tocó a Mariano salvarlo de situaciones muy difíciles, como aquella suscitada en la madrugada del 6 de junio de 1847 cuando el Coronel Belzu, después de ser conducido preso a la zona de Obrajes por no acatar órdenes del presidente y enfrentársele de manera violenta, sublevara a los batallones 5º y 6º  rindiendo el palacio de gobierno en pos de Ballivián que, “apercibido de la sublevación, había escalado el muro interior del palacio, marchándose en un caballo prestado al Alto de la ciudad, lugar de donde regresó al día siguiente, sabiendo que la rebelión había terminado” gracias a una rápida y decidida intervención de su hermano, el Coronel Mariano Ballivián quien, “apercibido de lo ocurrido tomó los batallones 10 y 11, y se encaminó sobre las pisadas de Belzu, al que encontró en la puerta de palacio, espetándole la pregunta con su pistola amartillada:  “qué calaverada es esta?”. La respuesta de Belzu fue la orden al batallón 5º de arrestar a Ballivián, el cual, en su apuro, lanzó un viva a su hermano el presidente que, como fuese contestado por toda la tropa en señal de reacción, determinó que Belzu, viéndose perdido, pidiera garantías a su contendiente que lo dejó partir sin molestarlo(7,8).
Belzu que había huido al Perú, se estableció en el pueblo de Pomata y continuó sus acciones subversivas en contra de José Ballivián y su gobierno, logrando conformar una fuerza de algunos cientos de hombres con la ayuda del Gobernador de la Provincia Omasuyos, Ildefonso Huici, a más de trasponer la frontera vía Desaguadero y ocupar el pueblo de Huarina. Apenas se tuvo conocimiento de estos hechos en La Paz, el General Mariano Ballivián, a la cabeza del batallón 10, salió de la ciudad el 25 de noviembre de 1847 y acometió con fuerza la línea enemiga, batiendo a Belzu  quien, pese a huir nuevamente, conseguiría finalmente sus propósitos de asumir la presidencia de la república, venciendo más tarde al general José Miguel de Velasco  -otro de los contendores de José Ballivián-  en la célebre batalla de Yamparaez del 6 de diciembre de 1848(9). En el ínterin, muchos golpes revolucionarios se habían repetido en contra del gobierno de Ballivián, unos en el norte a favor de Belzu y otros en el sur y Cochabamba a favor de Velasco, obligándolo a marchar sobre los facciosos (Casimiro Olañeta entre los principales) venciéndolos en los combates de La Lava y Vitichi (6 y 7 de noviembre de 1848 respectivamente), habiendo participado en este último, de manera decisiva, el coronel Bartolomé Mitre, más tarde presidente de la República Argentina, al mando de un escuadrón de húsares y dos piezas de artillería(10). Para ese tiempo, y en tanto el Presidente Ballivián contrarrestaba los golpes en el sur, su hermano Mariano, al mando del batallón 10, guarnecía La Paz amenazada por el belcismo.


Pero José Ballivián, agotado de tener que contrarrestar tantas asonadas revolucionarias y pretendidos golpes de estado, decidió dejar el gobierno  -aconsejado por varios notables, Tomás Frías entre otros-, en manos del General Eusebio Guilarte, Presidente del Consejo de Ministros.
Luego del interinato de Guilarte, que duró 10 días escasos, tomó la presidencia José Miguel de Velasco, derrocado a su vez por Belzu en la batalla de Yamparaez como ya se adelantó. Fue entonces que comenzaron las duras represalias contra los ballivianistas, asumiendo la defensa Mariano Ballivián, que junto a otros apoyó o propició revoluciones en Potosí, Oruro y Cochabamba, obligando a Belzu dejar la ciudad de La Paz para hacerles frente. Esto facilitó la revolución del 12 de marzo de 1849 a la cabeza de los generales Juan José Prudencio y Mariano Ballivián, los cuales, apoyados por el batallón de carabineros tomaron la casa de gobierno y aprisionaron  al Prefecto Ildefonso Villamil, al intendente José María Zuazo y a otros adictos al presidente. Sin embargo, el populismo del Tata Belzu ya había calado fuertemente en el pueblo y es a partir de El Alto que se organiza y desciende una turba enardecida que traba desesperado y sangriento combate, obligando a Prudencio y Ballivián a desistir en su empeño y emprender la retirada. Dice Nicanor Aranzaes en su libro “Las revoluciones en Bolivia”: “La plebe enfurecida a la vista de 300 cadáveres y multitud de heridos, juró venganza, principiando a saquear las propiedades de los ballivianistas; la de Isidora Segurola, Mariano Ballivián y otras……………………Completamente embriagados los cholos e indios continuaron saqueando la casa de Andrea Bustamante, Ardúz, Guillén, los almacenes del catalán Más y otros. Asustado Belzu  (que había regresado desde Ayo Ayo al conocer los sucesos de La Paz) hizo llamar a los religiosos recoletos para que contengan el desorden. Montó a caballo y acompañado de estos repartiendo dinero, recorrió las calles, exhortándoles al orden, el desorden cesó con la llegada de la noche”



Con estos antecedentes, si bien Belzu se consolidó en el poder, los movimientos revolucionarios en su contra continuaron,  ya sea a favor de Velasco o del ex presidente Ballivián, quien después de algún tiempo de permanencia en Chile pasó a Francia y de ahí a Río de Janeiro, donde sorpresivamente falleció, víctima de fiebre amarilla, en fecha 16 de octubre de 1852


Sin embargo, Mariano Ballivián Segurola no bajó la guardia y siguió en rebelión aun antes de la muerte  inesperada de su hermano, como lo muestra su participación en el intento revolucionario a favor de Linares en Omasuyos el 12 de enero de 1852, y la conducción de guerrillas revolucionarias, recorriendo los pueblos de la costa oriental del lago Titicaca. Fue en ese tiempo que se produjo un hecho trágicamente anecdótico, cuando el prestigioso médico de la ciudad de La Paz, Dr. José María Guerra, estando de visita por alguna de sus propiedades rurales, fue confundido con Mariano Ballivián por su gran parecido físico, y aprisionado por los colonos peruanos de Villurancani. Estos a su vez lo entregaron a los pobladores de Kasani que divide Yunguyo de Copacabana, siendo trasladado a pie y de muy mala manera hasta el santuario, donde lo decapitaron para después llevar la cabeza en una canasta hasta el palacio de gobierno en La Paz y pedir rescate al presidente Belzu. Valga decir, en honor a la verdad, que Belzu quedó horrorizado, no atinando, sin embargo, a penalizar a los culpables(13,14).
11  Y así transcurrió el tiempo con la secuencia de los gobiernos del propio Belzu, Córdova, Linares, Achá y Melgarejo, hasta que, el año 1870, Mariano Ballivián figura nuevamente en la historia como Prefecto del Departamento de La Paz por un breve período, para reaparecer algo más tarde en el gobierno de su sobrino Adolfo Ballivián Coll, como Ministro de Guerra(15).





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